Un terremoto de 9.0 grados en la escala de Richter asoló Japón el 11 de marzo de este mismo año a las 14:46:23 hora local. Su epicentro se encontraba a tan solo 130 kilómetros al este de Sendai, y tuvo 314 réplicas.
Pese a que los ciudadanos japoneses conocían las pautas de actuación ante un seísmo, y los edificios estaban diseñados para soportar grandes terremotos, se lamentaron grandes pérdidas materiales, y hubo 15188 fallecidos y 8742 desaparecidos.
Lo realmente devastador fue el tsunami que se originó tras el seísmo, que llegó a presentar olas de hasta 10 metros de altura, y de una gran fuerza destructora.
Esta reacción en cadena causó serios problemas nucleares en las centrales de Fukushima I y II, en la de Onagawa y el la de Tōkai.
Ahora la economía japonesa tendrá serios problemas para alcanzar la situación previa al desastre.